Ana, una joven integrante de Forjar Oportunidades, programa de la Fundación Sidoc, reflexiona sobre lo que para ella significa la palabra cambio.
Ana es una joven de 26 años, tiene muchos sueños pero, al preguntarle por su meta individual, ella solo puede pensar en colectivo, su más grande anhelo es tener una casa juvenil para brindar segundas oportunidades. Ana sabe que para poder alcanzar esos sueños muchas cosas deben comenzar a transformarse, tanto en su vida como en las dinámicas de la ciudad y de la región.
La vida de Ana, desde hace tres meses, ha comenzado a dar giros, algunos inesperados y otros vienen cargados de muchas ilusiones y con ellas una luz de esperanza que le hace sentir que se está forjando un verdadero cambio. Hoy, Ana es integrante del programa Forjar Oportunidades de la Fundación Sidoc, como ella 46 personas más son enlaces territoriales del programa y facilitan la interlocución y mediación con los 5000 jóvenes que se beneficiarán con la metodología.
“El cambio son las oportunidades que buscan los jóvenes y todos las necesitamos para surgir, por ejemplo, poder ser profesional en Colombia sin tantas barreras, eso sería un gran cambio”. En esta frase, Ana recoge lo que para ella es el cambio pero, a su vez, sus palabras son un compendio de lo que muchos jóvenes conciben como su significado y es el reflejo de lo que han estado demandando en las manifestaciones del Paro Nacional.
Y es que, en palabras de Ana, en todo el país siempre ha existido una cultura del dinero fácil y es más sencillo acceder a él por la vía de la ilegalidad: “la ‘plata’ se consigue fácil, pero los jóvenes no queremos esa vida, estamos cansados de eso, por eso buscamos oportunidades”.
Ella, que comparte a diario con los jóvenes de los puntos de resistencia, ha podido recoger algunas impresiones y resalta la importancia de que se gesten iniciativas como Forjar Oportunidades que otorgan relevancia al rol de la juventud en el desarrollo de las regiones: “nunca se habían visto alianzas entre empresarios y la ciudadanía por el bien de los jóvenes como está ocurriendo hoy con Compromiso Valle y todos sus ejes de trabajo. Ver cómo nos estamos integrando es muy bonito y es una señal de lo que puede llegar a ser un verdadero cambio para nuestras vidas”.
Como Ana, varios jóvenes agradecen a los empresarios y a todas las personas que están detrás de Forjar Oportunidades, ya que coinciden en que derribar los estigmas es un primer paso para trabajar colectivamente por un verdadero cambio: “están creyendo en los jóvenes que muchos tildaron de ‘vándalos’ en algún momento y es justamente por ahí donde empieza el cambio, por la esperanza y por las oportunidades brindadas”.
Con los ojos encharcados y haciendo un gran esfuerzo para no dejar salir las lágrimas, Ana describe a Forjar Oportunidades como una casa llena de luz que le ilumina un nuevo camino lleno de cambios porque, en una frase aparentemente muy sencilla, trabajar en el programa le regresó algo invaluable: “con Forjar Oportunidades yo volví a soñar, volví a creer en mí”.