Víctor Cortez, enlace territorial de Forjar Oportunidades, cuenta cómo el programa le ha cambiado su vida, la de su familia, y la de muchos jóvenes en condición de vulnerabilidad.
Lo que para Víctor Cortez fue en su momento una oportunidad laboral, hoy es su todo. Y lo dice sin temor a equivocarse: “Con el programa Forjar Oportunidades, que hace parte de la alianza Compromiso Valle, tengo la posibilidad de aportar un granito de arena en el cambio de país que todos queremos”.
Y es que Víctor, un hombre trans de 34 años, padre de un menor de 14 años, nacido, criado y culturizado en el municipio de Tumaco, Nariño, y hoy defensor de Derechos Humanos, promotor de salud e integrante de varios colectivos, sabe de primera mano qué es la violencia y la desigualdad.
“Soy víctima de la violencia de este país y desplazado de mi municipio. Y eso es muy duro porque no es salir de un territorio y ya, sino al contrario, es llegar a un territorio que no conoces, con otras costumbres, otra cultura totalmente diferente a la tuya, es dejar a tu familia, tus raíces, tu niñez, tu esencia como tal en tu tierra. Por eso, cuando me explicaron los objetivos del programa Forjar Oportunidades en Cali y otras zonas del Valle supe que este podría ser mi lugar feliz, donde empieza el cambio, nacen las oportunidades y donde me puedo asegurar de que eso que me pasó a mí, tal vez, no se vuelva a repetir con otras personas”, expresa Víctor.
¿Qué significa ser enlace territorial para Víctor?
Víctor se desempeña como enlace territorial en Forjar Oportunidades y ese trabajo le encanta porque es lo que ha venido haciendo a lo largo de su vida. En palabras de él, enlace es “ser básicamente el puente entre la comunidad, los forjadores, y el equipo profesional. Es ganarse la confianza de los jóvenes o beneficiarios del programa y llegar a ser ese apoyo que necesitan. Soy la persona que está y cree en ellos y eso permite hacer el proceso mucho más llevadero”.
Y la fórmula de ser el puente de todos le ha funcionado muy bien a Víctor: “Hay muchos chicos que son muy callados, que casi no les gusta hablar con los profesionales, y yo he sabido ganarme su confianza y a mí sí me cuentan cosas, lo que me permite ayudarles. Yo por lo menos sé que varios están ahorrando de su dinero para potencializar sus emprendimientos más adelante, ya sea de estampados, de comidas o como influencers”.
Además, asegura Víctor, “lo que más me gusta de ser enlace territorial es poder entender la realidad de muchos jóvenes, ver qué hay más allá de esa forma de vestir, de expresarse, del consumo de sustancias, de sus vidas. Me permite comprender que son chicos que no han tenido más oportunidades porque es estudiar o llevar el sustento a sus casas, ya que la mayoría son jóvenes que viven con sus madres y que a ellos les ha tocado hacer lo que sea para llevar un plato de comida a sus mesas”.
Por todo esto, Víctor insiste en que “esas realidades me hacen levantarme todos los días con toda la actitud y entusiasmo de irme a trabajar. Como enlace territorial me tocan dos grupos, ambos en diferentes sectores del oriente de Cali, uno en la mañana y otro en la tarde, y por más cansado que termine es más fuerte el gusto que me da poder aportar y que los jóvenes reconozcan mi trabajo”.
Asimismo, Víctor cuenta que hay otra razón que lo mantiene feliz en Forjar Oportunidades: “Es un programa incluyente, donde me reconocen como soy, teniendo en cuenta que soy un hombre trans, acá no me siento discriminado y todos los que hacen parte de esto me valoran y me respetan”.
El proyecto de vida de Víctor
Ahora, Víctor quiere titularse como trabajador social, ya que desde muy chico le ha gustado servir y aportar para el cambio positivo. Sin embargo, asegura que “un cartón no te hace profesional y más allá de eso la sabiduría y la humanidad te la da la experiencia, la vida y lo que tú tengas en tu corazón. Yo no tengo título, pero me considero un trabajador social innato y bueno, al que se le ha reconocido a nivel nacional e internacional, porque he tenido la oportunidad de que mi voz sea el eco de muchas voces en Colombia y otros países”.
Víctor también espera que su hijo sea un profesional y que siga su ejemplo. “Mi hijo me dice que quiere ser como yo, que se siente muy orgulloso de mí y que quiere defender los Derechos Humanos. Él ha estado en todos los procesos difíciles y alegres de mi vida y me enorgullece saber que estoy haciendo bien mi trabajo como papá. Mi niño es uno de esos jóvenes que buscan oportunidades para aprovecharlas, por eso es tan importante que todos le sigan apostando a programas como Forjar Oportunidades, que transforman los proyectos de vida de los más vulnerables”.